La aerolínea, que presentará proximamente concurso de acreedores, se ha puesto en contacto con otras compañías para recolocar a sus pasajeros y anuncia que los afectados pueden acudir al 902 13 14 15.
En un comunicado tras la reunión del consejo de admnistración, la aerolínea ha anunciado que dejará de volar a partir de esta noche, el último vuelo aterrizará a las 22.00 horas, y pone fin a su operativa.
Un portavoz de la compañía ha explicado que prevén presentar concurso de acreedores y que la decisión de cese afectará a 300 pasajeros la noche de este viernes, y supone la anulación de 91 vuelos el sábado y 129 el domingo, con 8.695 y 14.076 pasajeros afectados, respectivamente.
Iberia, Vueling, Air Europa y Air Nostrum ofrecerán vuelos alternativos a los afectados por el cierre. Por su parte, Aena ha habilitado sendas salas en los aeropuertos de El Prat y Barajas para atender a los pasajeros afectados.
Con una plantilla de unos 2.000 trabajadores y una facturación anual de unos 600 millones, representa una cuota de mercado del 22%. La compañía arrastra una historia de turbulencias económica con varios expedientes de regulación de empleo y unas pérdidas millonarias de 115,72 millones.
¿Un desenlace anunciado?
La compañía, que fue fundada en 1986 y desde abril de 2003 forma parte de Star Alliance, se queda en tierra tras el anuncio del Govern de que no pondrá más fondos públicos en la compañía y se entierra así un proyecto de aerolínea "de país" que estaba llamada la gran baza para lograr un 'hub' en el Aeropuerto de Barcelona.Tras la negativa de Qatar a entrar en su accionariado y la posibilidad de que la Generalitat no siga invirtiendo en la compañía ante el miedo de una denuncia de Bruselas, la situación económica de la aerolínea se ha ido deteriorando hasta la suspensión de vuelos.
Desde que inversores catalanes tomaron el control de la aerolínea la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona han inyectado en Spanair alrededor de 100 millones de euros. El acuerdo con Qatar Airways contemplaba que esta compañía invirtiera unos 150 millones de euros para hacerse con el 49% de Spanair.
Además de los costes operativos de las tripulaciones y los trabajadores, que son mucho mayores que los de las aerolíneas de bajo coste que compiten con Spanair en la mayoría de las rutas, la aerolínea presidida por Ferrán Soriano tenía otro handicap añadido: la antigüedad de sus aviones, que gastan un 20% más de combustible por vuelo que otras aerolíneas con la flota renovada.
Este último dato es clave para las cuentas de la empresa, ya que en la actualidad un tercio de los costes de las aerolíneas se va en pagar el queroseno de sus aviones. Si se tiene en cuenta que el barril de brent lleva casi un año sin bajar de los 100 dólares, la factura cada vez engorda más.
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